febrero 07, 2011

Sólo cuando llega...


El aguijón de un mar cansado,
oculto para traicionar, esperó el momento más claro
para descargar su veneno.
El día perfecto, el grito fue como una irrupción de la vida
en el torrente gris de lo igual.
Tal vez sea cierto que el dolor nos hace vivir,
que sus espuelas se clavan a un costado del vacío.
Sólo cuando llega y pasa, nuestras manos,
aferradas a la roca, palpitan para recuperar la vida.
En ese instante horrible, pasa la vida delante de los ojos
y pedimos más vida, bajo el horror eléctrico.
Al confirmar la asiduidad del corazón, desplegamos las velas más altas
y zarpamos, esperando un naufragio más profundo.





verso 2 del poema "Golfo de California" de Hugo Gutiérrez Vega