agosto 11, 2011

MEGALOPOLI

Un vendaval enloquece frente a su propio nacimiento.
Navega en el ambiente un planeta fugitivo de gravísima idea.
En su núcleo radical
Mi alma habita,
Impaciente.

Como un puerto frío con alas, 
Va cargada de soles y miríadas de pajarracos imposibles,
Quisiera desprenderse de la vida por las noches
y embestir tus sistemas vitales,
Arrinconándote hacia el origen del torrente
que pudiste ser.

En la intemperie criminal de sales y vientos,
Mi planeta se cuela hacia tus rumbos interiores
y comienza un festival,
Inyecta luz de nitrógeno en tus tres capitales
Cuelga panales en tus rezos más agrios
Porque es un planeta de tierra de intento,
Que habrás de amar
Cuando decidas quemar tu campamento de miedos.

Entonces nacerá en tu codicia una tendencia nueva
Que borrará los antiguos límites.
Y acudirás al lugar,
Y sentirás la fuerza de los elementos pegándote en el pecho,
Y el viento que te lavará el pulmón dañado te dirá muy quedo:
Llegas tarde mujer!
Como un ciclón a un pueblo evacuado,
Llegas tarde.

Erraste.
Y el cielo recobra su sonido, pero no hay nada.
Nada para ti.
Sólo el tiempo con su misión atrapada en un sentido falso.

De: Mario López Roldán

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